De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro; todos los demás son extensiones de su cuerpo… Sólo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria.
Jorge Luis Borges.
Si de algo estamos seguros es de que los seres humanos gozamos de un mundo interior bastante rico. Con todo lo que sabemos de neurología y psicología, aún hay mucho que ignoramos sobre el funcionamiento de nuestra mente. Hablemos algo de la memoria, el papel y la imprenta.
A pesar de saber poco sobre la mente, hemos hecho grandes avances en su estudio. En cuanto a lo que nos concierne puntualmente, la memoria es un proceso mental con muchísimas ventajas para nuestro aprendizaje. No obstante, no se trata de una habilidad que nos permita guardar información sin fallo alguno. ¿Cuán fiable es nuestra memoria?
En muchos aspectos, podemos confiar en ella. Pero hay ocasiones en que es mejor tomar nota para no arriesgarnos a perder información. Claro, necesitaremos papel, algo para escribir sobre éste y un código para ordenar nuestros pensamientos.
Algo mencionamos sobre ese código cuando hablamos de imágenes y texto. Esta vez vamos a conversar sobre esto que solemos dar por sentado: el papel y la imprenta.
Así es como empieza todo esto. Por supuesto, el papel y la imprenta se desarrollan como una respuesta a diferentes necesidades nuestras. Nosotros solo estamos haciendo énfasis en la importancia de satisfacer la necesidad de guardar el conocimiento sistematizado. ¡No se nos vaya a olvidar!
Lo que queremos decir aquí es que el papel y la imprenta fueron una respuesta a nuestra desconfianza sobre la memoria. Con esto en mente, nos disponemos a indagar un poco sobre esto y sobre lo que hemos venido haciendo a nivel digital. ¡Empecemos por el principio!
¿Cómo surge el papel?
Como dijimos antes, una de las razones que nos llevaron a la invención del papel fue la necesidad de guardar información. Según nos cuenta la Historia oficial, la civilización más antigua fue la sumeria y es allí donde se ubica el origen de la escritura. El principal motivo para llevar registros fue la contabilización de las riquezas.
No obstante, ni el nivel de abstracción de los signos ni el material empleado eran los ideales. ¿Se imaginan andar con los libros contables hechos en tablillas de arcilla y tener que andar con ellos para arriba y para abajo cuando hubiese que discutir los estados financieros? Llevar todas esas cuentas de memoria no era una opción, pero tampoco era muy práctico que se diga llevar todo eso escrito en barro.
Con el transcurrir del tiempo, los signos evolucionaron y las formas de llevar los registros también. En Egipto se comienza a usar el papiro y en China se usan las tablas de bambú, pero todavía hubo que esperar cierto tiempo para que se hicieran intentos para conseguir algo que fuese ligero y, al mismo tiempo, fácil de producir y con bajos costos.
Y aunque ese tiempo llegó temprano en China, los árabes tuvieron que esperar a los chinos hasta el siglo VIII para enterarse sobre este nuevo proceso que daba como resultado una estructura fina, delgada y manejable sobre la cual poder escribir y transmitir nuestras ideas.
¿Y qué ocurría mientras tanto en Europa? O se empleaba papiro o se empleaba pergamino, pero nada del papel. Este llegó al continente occidental por las invasiones que hicieran los árabes en España. Así tenemos una visión general del surgimiento del papel. Veamos algunos detalles que nos darán una mejor idea de cómo fue que llegamos a conocer el papel en Occidente.
Papiro, la flor del rey
Hay muchos intentos realizados para conseguir algo que permitiera conservar nuestros pensamientos, lecciones aprendidas o guardar información. Ya vimos, por ejemplo, que los chinos usaban tablillas de bambú o que los sumerios empleaban arcilla. Como dijimos, el problema es el peso, lo poco conveniente de esto.
Hablamos aquí, pues, de métodos prácticos y, a falta de uno mejor, usamos el papiro. Este material fue la sensación en su momento. No solo se empleaba para elaborar un medio para escribir. También se usaba para hacer cestas, sandalias, calzones, cuerdas e incluso embarcaciones. También se usaba como alimento.
Para hacernos una idea, el papiro es una planta que crece entre uno y tres metros de altura. Las hojas son largas y los tallos son blandos cuya parte inferior es tan gruesa como un brazo humano.
Para hacer los rollos, los filamentos del tallo se sobreponían, se prensaban y se secaban. Una vez listo, se frotaba con una pieza de marfil o con una concha lisa. A cada pieza obtenida se le añadían otras hasta formar un rollo de 6 a 9 metros de longitud.
Ahora bien, ¿por qué se le conoce como la flor del rey? Recordemos que el papiro se elaboró en Egipto porque la planta se daba en abundancia a orillas del Nilo.
Pues bien, solo enviados del faraón, el rey, podían hacer uso de esta planta. Papiro viene del griego papiros que, a su vez, viene del término egipcio antiguo que significaba «flor del rey» por el control que tenía sobre la explotación de la planta.
No fue sino a partir del siglo IV a.C. que se extendió su uso gracias a Alejandro Magno. Pero, decayó con el ocaso de la civilización egipcia. ¿Qué vino después?
Pergamino, la piel que vino de Pérgamo
Al papiro lo sustituyó el pergamino. Como todo en la historia de la humanidad, esto no significa que dejamos de usarlo de repente y después comenzamos a usar pieles de animales. De hecho, se suele decir que el papiro se comienza a usar 3000 años a.C. y el pergamino unos 2000 años a.C., incluso en Egipto.
¿Por qué se usaban ambos? Con todo y que el papiro tenía sus ventajas, era un material frágil, poco duradero y de menor calidad si lo comparamos con el pergamino. No obstante, este era muy costoso de producir. ¿Qué hacer? Usar uno u otro según el fin planteado.
Es en este espíritu que se empleaban los materiales. Si se trataba algo de poca importancia, como una carta o ciertos documentos, se usaba papiro. De lo contrario, se empleaba pergamino.
Claro, no siempre fue así. El pergamino cogió esa relevancia a partir del siglo IV de nuestra era cuando se empezó a usar el códice como formato para libros de forma extensiva. Antes de eso, se usaba primordialmente papiro. Por eso es que muchos libros se presentaban en rollos e, incluso, algunos así se conservan hoy día.
A todas estas, ¿qué era el pergamino? Ya vimos que era un material empleado para escribir y crear libros. Este se hacía de pieles de animales criados como ganado: ovejas, terneras, cabras y así por el estilo. Eso sí, no se usaba toda la piel sino que se empleaba la dermis; lo demás se desechaba.
En el auge de la producción del pergamino, hubo una ciudad que se hizo célebre por la calidad de su producto. Estamos hablando de Pérgamo. Tan bueno era lo que hacían con las pieles que, todas aquellas pensadas para escribir, terminaron por llamarse pergamino que significa «de Pérgamo».
Papel, un regalo chino traído por los árabes
A pesar de esto, el pergamino no se mantuvo en uso por mucho tiempo, si es que podemos decir que 700 años (desde siglo IV hasta el siglo IX) es poco tiempo. Bueno, si recordamos que el papiro ya se usaba desde el 3000 a.C., bien podemos decir que no es tanto tiempo en comparación, ¿no?
En fin, hablábamos del siglo XI porque es en esta centuria que aparece el Misal de Silos, un breviario considerado como el documento más antiguo hecho con papel en Europa. Se dice que, incluso, puede ser de antes de 1080 d.C. ¿De qué país es este documento? Pues, es de España. Quizás, en otras circunstancias, no sería un dato relevante, pero para lo que estamos contando, si que lo es.
Como es sabido, la cultura árabe influyó mucho en Occidente. Por decir algo, gracias a ellos conocemos el cero y su uso decimal; también es por ellos que conocemos el papel. A partir de las invasiones árabes en Sicilia y España, Europa se enteró de muchas cosas que hacía mucho se conocían en Medio Oriente.
No obstante, la invención del papel no ocurrió allí sino en China. Los árabes supieron de esto porque interceptaron a un grupo de viajeros chinos que, convenientemente, sabían hacer papel. Estamos hablando del siglo VIII d.C. y esto ocurrió en Samarcanda, ciudad de la actual Uzbekistán.
¿Cómo es que estos viajeros conocían el papel? En Asia, hace rato que ya se empleaba, sobre todo el papel de morera que se conocía en Japón. Todo esto gracias al monje Dam Jing quien lo llevó a la isla por el siglo VI d.C.
En cuanto a China, el papel fue inventado por un dignatario de la corte imperial llamado Ts’ai Lun en el año 105 d.C.
La imprenta y algunos métodos de impresión
Cuando prestamos atención a la historia de los procesos productivos, nos damos cuenta que cada innovación ocurre porque había una necesidad no satisfecha que sirvió de motivación para inventar algo.
Con eso presente, pensemos ahora en lo que ocurría en China alrededor del 105 d.C. Por las características de su lenguaje, el arte y la escritura están muy ligados. Y, como mencionamos al principio, se usaban tablillas de bambú. Nada práctico, ¿verdad?
Ahora bien, la necesidad de escribir también llevó a pensar en una forma de sistematizar este trabajo, sobre todo cuando se buscaba comunicar un mensaje concreto en vez de hacer arte. Fue así como surgieron en China diferentes medios de impresión como la serigrafía o el uso de tipos móviles. En verdad, los chinos se tomaron la escritura bastante en serio.
Pues bien, para el surgimiento y popularización de los libros no bastaba con que se innovara con el papel. También hacía falta un método para automatizar la impresión.
En adelante, veremos algunos métodos empleados hasta llegar al punto en que el destino del papel y la imprenta se encuentran hasta convertirse en el medio preferido de difusión de la información.
Serigrafía, una escritura hecha con seda
Uno de los intentos más antiguos de impresión tiene que ver con la serigrafía. En principio, no era tal como la conocemos hoy día, pero estaba presente la idea de hacer pasar la tinta por algún filtro que bloqueara las zonas que no iban a ser impresas.
Tan remota es esta técnica que no hay información precisa sobre sus orígenes. Solo se sabe de civilizaciones antiguas que las empleaban. Por ejemplo, se sabe que floreció en China durante la dinastía Song (960 a.C. – 1279 d.C.)
Como ha ocurrido con otras actividades culturales de China, la serigrafía llegó a Japón y allí se desarrolló conjuntamente con la xilografía.
A la llegada de Matthew C. Perry en el siglo XVIII, y la consecuente apertura al mundo, fueron llegando a Europa maravillas a los ojos de los europeos. Por supuesto, la serigrafía era una de ellas.
No obstante, esta técnica no viajó sola, sino en compañía de la seda. Tan estrecha estuvo una de la otra que, incluso, se usaba la seda para imprimir. ¿Cómo es eso?
Al principio mencionamos que la serigrafía consiste en hacer pasar tinta por un filtro, ¿verdad? Si este filtro era hecho con seda, podemos decir que se escribía usando este material.
De hecho, serigrafía es una palabra compuesta formada por seri- (sericum, seda en latín) y -grafía (graphein, escribir en griego). Entonces, es tanto como escribir con seda.
Siguiendo con nuestra historia, la salida de la serigrafía hacia Europa no significó que su uso se extendiera inmediatamente. Hubo que esperar a inicios del siglo XX, a la I Guerra Mundial, para que el «secreto» se difundiera.
Ya en los 20, tanto su uso comercial como artístico se extendió y, hoy día, sigue siendo utilizada aunque con otros materiales diferentes de la seda.
Xilografía, inscripción sobre madera
Ya hablamos sobre escribir en la seda. Ahora hablemos de la madera. Y si, ocurre lo mismo que con la serigrafía, solo que esta vez se trata del prefijo xilo- que significa «madera» (del griego xylón).
Esta técnica significó un gran avance en la mecanización de la impresión, especialmente cuando hablamos de libros. Por ejemplo, el Sutra del diamante fue uno de los primeros libros en ilustrarse usando este medio de impresión.
El proceso iba así: se tallaban en planchas de madera lo que se iba a escribir o dibujar. Después se llenaba de tinta y se presionaba sobre la superficie a imprimir. Es decir, se trata de una impresión sobre relieve.
Así las cosas, se podía imprimir por cantidades un mismo libro luego de hacer la laboriosa tarea de tallar todas las planchas de las páginas. Se comprende, pues, que estos libros tuviesen más imágenes que texto.
En Occidente no llegó esta técnica sino por allá en el siglo XIII y es a inicios del siglo XIV que se comienzan a imprimir libros ilustrados de 20 a 30 páginas. Recordemos que, para ese entonces, el papel ya se producía en Europa.
Con la venida del Renacimiento, vino la sed y el furor por el conocimiento y la necesidad de imprimir libros a gran escala. El problema con la xilografía es que era trabajoso reproducir grandes cantidades de texto. Esto va a cambiar con la llegada de la tipografía a Europa.
Sin embargo, se siguió usando la xilografía para imprimir las imágenes ya que no era posible hacer un tipo por imagen. Pero esto duró hasta finales del siglo XV d.C. que es cuando se comienza a usar la calcografía por ser más precisa.
Continua…
Todavía no hemos terminado de contar todo lo que queríamos contar en este artículo. Hacemos una pausa aquí porque salió más extenso de lo que esperábamos y decidimos dividirlo en dos partes. Puedes continuar el relato aquí.
¡Muchas gracias!