Dentro de veinte años estarás más decepcionado por las cosas que no hiciste que por las que hiciste. Así que suelta amarras, navega lejos de puertos seguros, atrapa los vientos favorables en tus velas. Explora. Sueña.
Mark Twain
Es común que tengamos miedo. La relación que usualmente escogemos tener con nuestras vidas es de miedo: miedo a lo que pasará, miedo al qué dirán, miedo al fracaso, miedo al rechazo; en pocas palabras, vivimos con miedo a vivir.
Si, es natural que todas nuestras acciones estén envueltas en incertidumbres y que cada paso implique un riesgo, pero ¿no es eso de lo que trata la vida? Y, aun así, vivimos reprimiéndonos ya sea por malos recuerdos o por la ansiedad.
Cuando las memorias nos persiguen, vivimos en el pasado y, cuando nuestra imaginación nos aborda, vivimos en el futuro. Pero muy raras veces vivimos en el presente que es justamente donde nos encontramos ahora.
¿Qué podemos hacer para enfocarnos en el presente? Para empezar, podríamos hacernos preguntas que nos lleven a pensar en este momento. Por ejemplo, ¿quién soy yo? ¿Qué me gusta hacer? ¿Cuáles son mis fortalezas? ¿En qué puedo trabajar para mejorar mi estado actual?
Esto no significa que la incertidumbre y el riesgo, y el miedo que los acompaña, desaparecerán. Lo que ocurrirá es que aprenderemos a manejarlos mejor para tomar decisiones teniendo en cuenta que no lo sabemos todo y que fallar es una posibilidad. Con esto vendrá una mayor confianza en nosotros mismos y que seamos capaces de actuar a pesar del miedo.
Una breve historia, un breve ejemplo
No siempre, empero, es posible conducirse de esta forma sino que pareciera que todo a nuestro alrededor nos ocurre, nos acontece y, así, fuimos víctimas de la suerte y la fortuna. En realidad, lo que ocurre en esos casos es que, aunque no tengamos claras muchas cosas, tenemos una muy bien determinada: una pasión.
Hablemos de una mujer en una época donde las mujeres no eran tan bien vistas como ahora. Se trata de una época en la cual la sociedad miraba con malos ojos que una mujer condujera un carro, trabajara como policía, como bombero o, en fin, que hiciera “cosas de hombres”.
De esta mujer, que nos ocupará por un rato, hay que decir que es madre soltera viviendo en un apartamento pequeño con dificultades económicas pues está desempleada. Tan mala es su situación que incluso llega a considerar el dejar este mundo. ¿Y por qué no lo hace? Porque, más allá de su hija, todavía tiene algo que le da sentido a su vida, es decir, una pasión.
Esta mujer escribe, pero más que escribir le apasiona contar historias, crear personajes y sus personalidades, ponerles nombres y hacerlos interactuar de formas complejas y cargadas de emociones.
Luego de muchas notas escritas, gracias al tiempo libre, se decide que puede escribir varios libros y prepara un borrador con tres capítulos y los envía a diferentes editoriales. Por supuesto, apuesta a lo grande y lo envía a las más prestigiosas. ¿Resultado? La rechazan. Carta tras carta solo lee rechazos.
Todo termina cuando decimos que ha acabado
Ya con los ánimos un poco bajos, aunque con la determinación de no rendirse, toca las puertas de una editorial joven y poco conocida. A los días, recibe una carta de su parte y la abre sin mucho entusiasmo. ¡Le han aceptado! Y lo que es mejor: le van a adelantar una buena cantidad de dinero que le ayudará con sus deudas.
Eso sí, tuvo que agregar un par de iniciales en vez de su nombre para prevenir de que no la leyeran por ser mujer. Luego de un par de años de haber sido su libro publicado, este se convierte en un éxito mundial y hoy día es difícil encontrar a alguien que no haya escuchado del libro.
¿Que de quién estamos hablando? De Bloomsbury, de J.K Rowling y de Harry Potter y la piedra filosofal. ¿Por qué ella tuvo éxito? Podemos mencionar varias razones, pero solo mencionaremos algunas:
- Creyó en sí misma.
- Tenía una pasión que cultivó desde niña.
- Nunca se rindió.
- Supo manejar situaciones difíciles.
- Sacó provecho de los recursos a la mano.
J.K. Rowling, sin desmerecer su talento, no es alguien excepcional, es un ser humano que supo encontrarse consigo misma y aprovechó las oportunidades del entorno porque sabía lo que quería.
Cuando tenemos muy claro esto, es fácil decir que la cosa no termina hasta que decimos que se ha acabado, es decir, cuando nos rendimos. No importa en la situación que nos encontremos ahora, si pensamos que podemos salir de ella y creamos un plan, eventualmente tendremos éxito.
A partir de la historia de J.K. Rowling podemos resaltar algunos asuntos que nos permitirán conversar sobre el modo de hacernos un espacio en la sociedad actual para montar un negocio online.
A fijar el rumbo al norte
Algo bastante relevante en la historia de J.K. Rowling es que ella sabía que le apasionaba contar historias, incluso desde pequeña. Y esto es clave. ¿Por qué? Simplemente porque emprender, montar un negocio online, no es fácil sino que es una tarea ardua y requiere esfuerzo y mucha fortaleza.
¿Y de dónde podemos sacar tal fortaleza? Es muy difícil comprometerse con algo que no nos llena. Por eso, lo más recomendable es dedicarse a algo que nos produzca satisfacción, que nos llene y nos motive.
Antes de montar cualquier negocio online, es importante que tengas una conversación contigo mismo y te preguntes qué es lo que te gusta, qué te apasiona, qué te mueve. Una vez que identificas eso, lo siguiente es buscar los medios para satisfacer las necesidades de otros haciendo eso que te gusta. J.K. Rowling lo logró escribiendo, por ejemplo
Una vez que tienes claro lo que quieres, vas a necesitar organizar tus ideas. Para más detalles sobre este punto, puedes visitar algo que escribimos en relación con la planificación.
Darse a conocer es clave
Puede que se te haya ocurrido una idea grandiosa para sacarle provecho a eso que te apasiona y las formas para desarrollar el producto o entregar el servicio están dadas, pero de nada sirve todo eso si no piensas de antemano cómo te vas a mostrar ante los demás.
Es preciso que, antes de hacer algo, evalúes los medios y recursos a emplear para dar a conocer tu negocio online. Al principio, puedes empezar con un blog y redes sociales mientras el negocio toma cuerpo y puedas emplear otros canales de difusión.
Si quieres tener más información sobre el marketing online y algunos ejemplos de publicidad en línea, puedes revisar nuestro artículo sobre el tema.
Ten en cuenta la atención al cliente
Antes de ejecutar tu plan estratégico, o de mercadeo para tu negocio online, es crucial que definas por adelantado cómo piensas atender a tus clientes. Por supuesto, eso va a ser una consecuencia natural de cómo concibas la marca y cómo esperas que los demás te observen.
Esto es muy importante, puesto que un trato consistente y que ofrezca una buena experiencia de compra al cliente antes, durante e incluso tiempo después, pueden ser claves para que termine recomendando tu negocio con sus amigos y familiares. Y este tipo de publicidad es la más poderosa que hay.
En el fondo, se trata de hacer las cosas bien y de cumplir las expectativas creadas en el cliente y, si es con creces, mucho mejor. Para hacerte una mejor idea sobre algunos aspectos relevantes de la atención al cliente, puedes revisar nuestro artículo sobre el tema.
Saca provecho de la última tecnología
Hoy en día, casi todos los negocios se hacen por Internet o se relacionan con la web de algún modo. Después de todo, estamos hablando de montar negocios online, ¿no?
Pues bien, una vez que ya sabes lo que quieres hacer (estrategia), cómo te vas a mostrar ante los demás (marketing) y la disposición que tendrás hacia tus clientes (ventas), es necesario que te plantees los medios a través de los cuales te comunicarás.
Un gran medio para centralizarlos todos es un sitio web porque te permite obtener información relevante sobre el comportamiento de quienes te visitan para, así, determinar cambios en la estrategia de negocios planteada inicialmente.
Ahora bien, si aspiras a que tu sitio web sea interactivo, puede que sea conveniente el desarrollo de una Progressive Web App. Sin duda, es una buena idea si se trata de un restaurante, un e-commerce o si necesitas posicionar tu marca.
Si quieres más información, puedes consultar nuestro artículo sobre las aplicaciones web.
En resumen…
Montar un negocio online es muy sencillo. Tan solo necesitas saber qué quieres hacer, qué te apasiona, identificar los medios a utilizar para darte a conocer, establecer las formas mínimas para tratar con tus clientes y desarrollar un sitio web para centralizar todas tus operaciones.
¿Y qué hay de todo lo demás? Pues, de todo lo demás, nos encargamos nosotros. Lo más importante, lo más indispensable, sería que tuvieras un plan estratégico, uno de mercadeo y otro para la atención a clientes. Incluso, si necesitas ayuda con eso, también te podemos asistir.
No te preocupes por el precio, nosotros nos adaptamos a tu presupuesto o te podemos ir asistiendo en función de cómo vaya avanzando tu negocio. Si tienes preguntas o quieres conversar con nosotros, ¡ponte en contacto para comenzar a crear juntos!
¡Gracias por leer!
